En realidad, debería titularse “Locos por los clásicos grecolatinos” y tengo que confesar que me ha gustado muchísimo. Hacía bastante tiempo que no me tropezaba con una obra tan simpática y a la vez tan profunda.

Ésta se compone de 34 capítulos, breves pero amenos e intensos en los que se habla de la mitología grecorromana, su influencia a lo largo de centurias  y su aterrizaje (permítaseme la palabra) en la actualidad del S. XXI.

Lo curioso del caso es que, a pesar de los siglos, los temas que en aquellas historias se trataban siguen de plena actualidad. Temas como el amor, odio, celos, despecho, muerte, venganza, divorcios, política, guerra, paz, placeres, pornografía, ateísmo… ¿Sigo? El autor ha seleccionado una muestra de los temas antes citados reflejados en la obra de ciertos autores. Cada tema ha salido de un autor de la antigüedad (tiene materia para una segunda y tercera entrega) y nos muestra cómo se vive hoy ese tema.

El entretenimiento no quita para nada la profundidad del tema. Por ejemplo, el capítulo dedicado a Tucídides nos habla de la Guerra del Peloponeso al tiempo que trata la política. El lector lee, compara y cae en la cuenta de la situación en la que nos encontramos actualmente; relee ideas y vuelve a comparar… y cuando lleva leídos dos o tres capítulos deja el libro con la sensación gozosa del descanso tras un esfuerzo. En la lectura se ha cansado por causa de los temas expuestos; porque el tratamiento del tema no es un chiste procaz que provoque la risa fácil. Es una historia de profundidad humana que llega hasta la actualidad. Otro ejemplo: La actual lucha de la mujer por alcanzar la plenitud de derechos la vemos reflejada en la tragedia “Antígona” de Sófocles. Dos milenios y medio después estamos en las mismas.

Amigo lector, le garantizo que si empieza la lectura de esta obra no podrá abandonar el libro hasta su finalización; también, que reflexionará sobre lo leído y lo vivido por usted y, finalmente, que la obra le gustará hasta el punto de querer volverla a leer, si no toda, al menos los pasajes o capítulos que le hayan parecido más interesantes.

La prosa que usa el autor, salpicada de citas, es ágil y para nada complicada o farragosa. Conceptos profundos se exponen de forma amena, amable, clara y precisa de forma que el lector llegue casi de inmediato a entender o dominar las ideas que se exponen. Tampoco habrá de consultar la cita a pie de página. No existen, porque el autor así lo ha querido ya que dan mucha murga a quien lee.

En la solapa del libro encontramos una breve biografía del autor. Léase esa reseña y seguro que sale de la librería con un ejemplar en la mano o bajo el brazo.

 A veces, no nos merecemos lo que tenemos, como es el presente caso.

Con mis mejores deseos.                                                Juan J. Calvo Almeida.