RESEÑA  CINEMATOGRÁFICA. LAS OVEJAS NO PIERDEN EL TREN.
Comedia española con suficiente calidad cinematográfica. Y digo esto de entrada porque cada vez que se habla de “comedia española” casi siempre va acompañada  de algún adjetivo peyorativo. Así pues comedia española de cierta calidad y con algún tinte dramático que nos acerca a la cruda realidad de nuestros días.
El film presenta tantos protagonistas como actores aparecen en pantalla. Cada uno tiene su problema, que intenta resolver a su manera, y al mismo tiempo se ve envuelto, directa o indirectamente, en los problemas de los demás. Digamos que son seis los protagonistas que encarnan el film como personajes más punteros, pero no es menos cierto que los actores secundarios muestran cada uno su problema y su influencia en los protagonistas.
La cinta refleja problemas actuales, problemas de la más cruda realidad (la vida ajetreada de la gran urbe, la necesidad de afecto, la soledad, el reciclaje profesional, el amor, el fracaso amoroso o profesional…) que repercuten en unos y otros aunque éstos hayan huido de la ciudad, refugiándose en un bucólico pueblecito o ingresen en una residencia para ancianos.
Los actores más relevantes pertenecen ya a una nueva generació que muestra, a las claras, la calidad de sus dotes interpretativas. No queda más remedio que rendirse ante la evidencia: son unos grandes actores. En cuanto a los secundarios, demuestran una vez más su buen hacer interpretativo.
El film no pretende en ningún momento ser o decir la última palabra, pero entretiene y lo hace con gusto y estética.  El espectador agradece la ausencia de escenas chabacanas que, a veces, se suelen meter de relleno en este tipo de películas y que no hacen otra cosa que estropearlas. Y en ésta podría haberse dado el caso, pues hay ocasiones para ello. Por eso se salva.
                                                                      Juan J. Calvo Almeida.