Este cuento, un año más, está dedicado a las Niñas del Orfelinato de la Divina Providencia en Abancay, Perú. Espero, también un año más, la Madre Doris Bustamante se lo pueda leer, co su dulce voz, la noche de Reyes.
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Aquella mañana, apenas el sol había comenzado a difuminar sus rayos por entre las copas de los árboles más altos, el bosque, en su totalidad, era una sinfonía de ruidos y estrépitos. Hasta una manifestación hostil de los buhos, que con su ulular chirriante y desafinado, se había sumado a tal sinfonía, quejándose de que el ir y devenir no les dejaba dormir, tras una noche de vela, como era habitual en ellos, vigilando y controlando el bosque.
La razón de todo aquel estruendo, era que el rey de los animales, el león, había convocado una reunión urgente y extraordinaria del alto tribunal, formado por doce pingüinos, impecablemente vestidos con su traje jurídio – negro y mangas y cuello blancos – con la finalidad de juzgar al Papa Noél y a los Reyes Magos, tras diversas denuncias anónimas, porque no se les consideraba aptos para llevar los juguetes a los niños de todo el mundo y en fechas diferentes.
Señoras y Señores, ordeno que guarden silencio – dijo el ujier de la Sala de Justicia – y escuchen al pingüino, Sr. Curi. Así, pues, Sr. Curi, tiene la palabra.
Curi, con su impecable traje negro y su pajarita blanca, tosió para aclarar su voz y dijo:
Buenos días, damas y caballeros; nos hemos reunido esta mañana para tomar la decisión firme de que bien el Papa Noel o bien los Reyes Magos, deben ser el único representante de entrega de juguetes a los niños de todo el mundo. Así pues, que ocupen sus puestos los acusados y los Señores Jueces tomen notas precisas para su decisión final..
Una urraca multicolor y cresta despeinada, con voz aguda, tomó la palabra.
Señores y Señoras, el denominado Papa Noél es un vulgar y recalcitrante delincuente; ya que con mala intención baja, chimenea tras chimenea entrando en las casas y con mentira tras mentira, afirma que deja los regalos en los árboles navideños, y nos consta, por fotos captadas por nuestro drón, que vuelve con la alforja llena de cosas ocultas. Y eso es un delito denominado robo con el detalle de nocturnidad.
La cebra Sabina, levantó su alto cuello rayado y dijo:
Yo acuso a los Reyes Magos de maltratar y explotar a los camellos haciéndoles caminar toda la noche siguiendo una estrella, fruto de su imaginación. Así que mi acusación, ante semejante conducta, no es para que los niños de todo el mundo les tengan como símbolo de la generosidad, y por ello, deben ser juzgados rigurosamente.
Perdon, Señores, veo, allá en el fondo a alguien que quiere también opinar – dijo el moderador del tribunal -.
Señorías, lo que dice la cebra Sabina, me parece irrisorio e insignificante, pues para los camellos, caminar por la noche, es un alivio; ya que de esa manera, no soportan el fuerte calor del desierto y caminar por la noche es librarles de ese trabajo agotador. Por consiguiente no debe tomarse en consideración la acusación anterior.
Un largo y prolongado aplauso atronó la Sala de Justicia después de las palabras del zoro Jonás, el más viejo de la camada. El aplauso continuaba y el moderador del Tribunal se vió obligado a intervenir pidiendo orden y silencio, una vez más, momento que aprovechó un oso polar lanzando un prolongado rugido y añadió lo siguiente:
El argumento del zorro Jonás se puede igualmente aplicar al Papa Noél que hace que los renos tiren del trineo al que están atados y les hacen recorres kilómetros cuando la nieve cae copiosamente y sin ninguna protección, con lo que pueden coger catarros y gripes que les impida gozar y volver a salir a las campiñas nevadas.
Aún no había vuelto la calma y el silencio en la Sala cuando un ruiseñor, de voz dulce y aterciopelada alzó su melodioso canto para decir que el Papá Noél y su estúpido “Jo,jo, jo” con voz de barítono frustrado era un defraudador del canto y que por esa melodía tan monótona debía anulársele el título académico del Conservatorio Musical y que semejante partitura musical no debería constar en ninguna prueba musical para futuros aspirantes
Una burrita peluda y de dulce mirar levantó la pata para pedir su turno declaratorio.
Aunque mi protagonismo en las canciones navideñas sea muy importante, yo quiero decir que los Reyes Magos no respetaron la diplomacia política engañando al Rey Herodes y no le comunicaron la Buena Nueva directamente, volviéndose por caminos secretos y burlando los controles policiales y eso no es ni ético, ni ejemplo de transparencia politica. Ellos son los responsable directos de tal atropello diplomático.
Los jueces iban tomando nota de todas las acusaciones y como la sesión judicial se estaba prologando más de los deseado el portavoz tomó de nuevo la palabra con esta exhortación.
Señoras y Señores, si hay una última alegación a favor o en contra, ruego que sean breves y concisos.
Un buey de ojos tristes alzó su ronca voz para decir que todos en el portal de Belén le trataron dignamente y que los Reyes Magos perfumaron el pobre establo con incienso e incluso el recién nacido le miró repetidas veces muy tiernamente agradeciéndole el calor de su respirar.
Tras la última declaración, lo jueces se retiraron a deliberar para decidir con su sentencia justa , clara y inapelable. El tiempo se hacía eterno y se notaba en los nervios de todos los asistentes hasta que la puerta se volvió abrió dando paso a los jueces. El silencio de la Sala se hizo profundo como el agua de un lago. Tomaron todos asiento y el portavoz judicial abríó el sobre donde estaba la sentencia.
Señores y Señoras: paso a leerles la decisión tomada por este tribunal. Antes quisiera leerles un texto del Profeta Isaías que dice así: “Cuán hermosos son los pies del que trae alegres nuevas; del que anuncia la paz; del que trae buenas del bien … – Is. 52, 7 y pensando que la ética está por encima de cualquier lazo, este tribunal no admite ninguna acusación realizada contra Papa Noél y los Reyes Magos, pues su misión, guardando las tradicionales culturas diferentes sigan siendo lo que eran, ya que la cultura, venga de donde venga, siempre enriquece y damos por finalizada esta asamblea judicial.
Un aplauso unánime acogió semejante decisión y todos los ocupantes de la Sala empezaron a dirigirse, por distintos senderos del bosque, hacia sus hogares. Unos cantaban: “Hacia Belén va una burra …”, otros Fum, fum, fum …; y una bandada de ruiseñores entonaban: “Quisiera Niño besarte y San José no me deja…”.
Juan José Davalillo
Valencia 2020
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