Querida Directora y Componentes de Cantoría Hipponensis:
Hemos recibido, como todos los años, vuestra carta y no os entre ni una sombra de duda de que en vuestros zapatos, colocados en los alfeizares de vuestras ventanas, encontraréis todo lo que habéis pedido y solicitado. Y como, además, habéis sido buenos, obedientes, responsables y unidos en los momentos fáciles y no tan fáciles, en absoluto os podemos defraudar.
Pero permitirnos que os escribamos a cada uno esta carta e igualmente pediros algunas cosillas, ya que esperamos que, en absoluto, nos vais a defraudar como nunca lo habéis hecho.
Queremos y deseamos que siga reinando un buen ambiente entre todos, que sigáis unidos al mando de vuestra Directora, que es la que marca la senda musical a seguir y que siempre desea todo lo mejor para el Coro. Y aunque las circunstancias no sean muy favorables para el canto coral en este preciso momento, que nunca llegue a la orilla de vuestra playa la ola del desánimo.
Igualmente esperamos que todos los componentes de Cantoría Hipponensis realicéis no se si un esfuerzo excepcional, para encontrar nuevos componentes para las diversas cuerdas vocales y así ir supliendo las bajas acaecidas en el curso coral de este año, pues un número equilibrado de cada cuerda vocal es muy importante para que el conjunto coral tenga la sonoridad perfecta para interpretar cualquier canción.
Permitirnos, sino nos pasamos en nuestros deseos, que os hagamos alguna sugerencia: ¿No sería posible la creación de Cantoría Hipponensis Juvenil , aprovechando la simiente ya plantada, ya florida y ya una realidad con el Coro Infantil del Colegio? ¿Por qué no hacéis realidad un concierto en el patio del Colegio – consultadas las personas directas de conceder el permiso para esa actividad culturas – fechas adecuadas antes de finalizar el curso escolar y que llevaría el título de … – aquí dejamos margen para vuestra imaginación ? –
En fin, más cosas querríamos pediros o sugeriros, pero sabemos que no se convierte un sueño o un deseo facilmente en una realidad.
Finalmente, junto a vuestros zapatos, dejarnos algo de agua para nuestros camellos que llegarán un tanto agotados tras muchas noches de caminar por valles y colinas.
Os quieren mucho.
Melchor, Gaspar y Baltasar
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