PRIMER COMPÁS: XXXIX CARTA DE EUTERPE, MUSA DE LA MÚSICA, A LOS COMPONENTES DE CANTORÍA HIPPONENSIS
Queridos Componentes de Cantoría Hipponensis:
Os escribo estas letras, no creáis que me he olvidado de vosotros, aunque haga tiempo que no os hago llegar ninguna noticia de los aires que corren por estos lares del Olimpo, cuando estáis a punto de iniciar un nuevo curso musical y el noveno de vuestra corta peregrinación por el mundo de la polifonía.
El iniciar de un nuevo curso musical – 2013/14 – no deja de ser un reto, un intento por lograr nuevas metas y continuamente, siempre cobijados bajo el manto de una ilusión renovada, un volver a empezar lleno de sorpresas musicales que proporcionan un goce espiritual que llega al 100 por 100 de compensación e intereses y con la constante persuasiva de que todo se puede lograr apoyando para que la brisa sea siempre favorable hacia donde marca la Dirección del Coro.
Creo que en algo de todo lo dicho anteriormente se apoyaba Isaac Newton cuando decía: “La unidad es la variedad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del Universo”. Y este pensamiento se compagina correctamente con la idea expuesta por Henry Ford cuando afirmaba: “Llegar juntos es el principio. El mantenerse juntos, es el progreso. Trabajar juntos es el reto”.
Os sugiero estos pensamientos, queridos Componentes de Cantoría Hipponensis, porque la unanimidad de criterios nunca es universal, pero si debe ser el camino cuando la mayoría llega a un conclusión final y a partir de ese momento, – por cierto creo que 100 por 100 democrático -, ya no hay vuelta de hoja, y debemos sumar todas las fuerzas hacia una misma meta.
Creo que todo lo dicho y afirmado en los puntos anteriores tiene un respaldo que consiste en mirar hacia los diversos conciertos Molto Allegro de vuestro Coro, donde el éxito siempre nos ha acompañado y donde ha quedado constancia irrefutable de la grandeza de una labor conjunta.
Iniciar un nuevo compás es un alba prometedora de esplendores desconocidos, de auroras boreales sorprendentes si nadie aparta el hombro  para sostener la ilusión y el espíritu de superación que ello implica porque se hace “camino al andar”, no al predecir tormentas preñadas de pedriscos y destrucción. Esto es lo que nunca debe suceder. Tanto la Junta Directiva del Coro, como la Directora del mismo cuentan con todos y todos debemos estar apoyando un proyecto común en aras de éxito más sensacional por aquella de que la unión hace la fuerza. Y es que además, lo dice el refrán que es el resumen de la experiencia, de que uno se puede equivocar, puede cometer un fallo, pero el que tropieza y no se cae, adelante terreno.
Es muy difícil, por no decir imposible que llueva a gusto de todos, pero hay que sacrificar en las aras de la unidad las notas individuales en favor del navegar con el mismo horizonte y con rumbo al mismo puerto ya que más moscas se atrapan con una cucharada de miel que con cien vasijas de vinagre. ¡Que sabia es la experiencia refranera!
En fin, queridos Componentes de Cantoría Hipponensis, no me tengáis mucho en cuenta lo que os acabo de escribir puesto que sabéis que el amor es ciego y Euterpe, la musa de la música, os quiere como la niña de sus ojos. Os lo he dicho muchas veces, perdonarme que os lo repita una vez más.
¡¡Animo!!. Un nuevo compás se inicia y espero que el acorde final de ese nuevo compás esté lleno de resonancias maravillosas y de arcos iris deslumbradores y sin ningún desafine.
Os quiere,

Euterpe, Musa de la Música