CRÓNICA X ENCUENTRO CORAL DE PRIMAVERA. CANTORÍA'15
CAPILLA BIZANTINA DE LA BENEFICENCIA 31/5/2015 (Pincha para ampliar foto) Reportaje E. Soto
Intervienen en este concierto las corales Cor de Campanar, que actuó en primer lugar,y Cantoría Hipponensis quien ocupó la segunda parte del concierto.
Éste se inició con palabras del secretario de Cantoría Hipponensis, pues se daba la circunstancia que dicha coral cumple el décimo aniversario de su fundación y agradeció la numerosa presencia del público.
Y ya en el concierto propiamente dicho, el Cor de Campanar atacó las primeras notas de “Tourdion” con resonancias medievales, seguido de un clásico “Gloria in excelsis Deo” mensaje conocido y con musicalidad moderna al tiempo que resonaban ecos medievales y gregorianos que alternaban con los aires modernos.
Siguió “Zorongo” en la que la canción andaluza se forma a base de imitación de sonidos seguida de texto en una singular y melodiosa alternancia. Mucho ritmo y buen acompañamiento tuvo “Xumba Xumba” que nos recordó una canción infantil. Luego el mar y su oleaje nos habló de “La Sirena”, como no podía ser menos, y todo ello se vio reflejado en el vaivén de las filas del coro. La alternancia de voces masculinas y femeninas fue otro adorno musical para esta sirena.
Y con aires modernos, un autor casi de ahora mismo, Pablo Milanés, nos ofrece a través del Coro de Campanar, las melodías suaves de esta composición que no parece moderna, pues no hay esas estridencias tan propias de la música actual. (Se agradece una tan buena interpretación, escribo en mis notas.) Y sigue una pieza con varias dificultades muy bien sorteadas y que consigue llegar al final sin un mal tropiezo. Se interpreta en inglés, lo que supone un hándicap para el coro (no creo que todos los componentes sepan y dominen la lengua del United Kingdon); pero si ya es difícil cantar bien, encontrarse con “picos” altos y “bajos” profundos en una misma pieza es complicárselo al coro. Y salió triunfante de tan dura prueba.
Alguien entra en escena llevando lo que resulta ser un gorro de cocinero. La directora, Mª Dolores Bayarri, se lo encasqueta y, acto seguido, ataca “El Menú”. La directora motiva insistentemente al coro con gestos, pero… posiblemente sea el único que crea que los agudos debieron serlo un poco más. El público aplaudió calurosamente la interpretación.
Llegamos a “Aya Ngena”, la última de las piezas del Cor de Campanar. Canción, a todas luces africana, donde lo que más destaca no es el texto – incomprensible por otra parte – sino la música y el ritmo. Una pieza para disfrutar de otra música.
Tras un breve descanso Cantoría Hipponensis inicia su actuación con “Verbum Caro”, pieza anónima de fuerte sabor religioso, seguida de otra bien conocida:”Ave María” de Tomás L. de Victoria. Lo que se suelo oír por ahí no tiene nada que ver con lo que se escuchó en la sala bizantina. Creo que algún ángel de las pinturas volvió la cabeza para escuchar mejor. Y siguió escuchando “Locus iste”, otra pieza religiosa interpretada con total maestría.
Cuando llegamos a la cuarta intervención hay un cambio señalado: pasamos de música religiosa a música profana.”Nocturn del Castell” está interpretada de tal forma que nos llevó en volandas como lo haría la mejor coral catalana o, al menos es la sensación que tuvo este cronista improvisado. Y llegamos a la mitad del repertorio con una interpretación marinera que recuerda el vuelo de una gaviota en un mar en calma: “La gavina”. Y las notas y el coro consiguen que el público imagine el pausado vuelo de la gaviota sobre un manso oleaje marino.
Una novedad: entra en escena el pianista y el acompañamiento musical. Los sones nos llevan ahora a la Torrevieja de las habaneras: “Era una flor”.
Hasta este momento, el público se ha comportado como el más devoto y rendido de los públicos europeos. Ni una tos, ni una silla que se arrastra, ni un estornudo, ¡ni un móvil! Pero la calle invadió el recinto y, mientras, la directora mantuvo al coro en silencio hasta que, de nuevo, reinó el silencio y sólo entonces se interpretó a Rossini. ¿Y cómo resultó? Pues de la única manera que se puede interpretar: O magistralmente o hay que tocar retirada.
Suenan ahora las notas de “El reloj” y este cronista se encuentra poco menos que flotando en una nube. Es una de sus canciones favoritas (vamos a dejarlo así) y parece que la esté escuchando en la mejor de las interpretaciones. Posiblemente, este cronista se debió sentir transportado al Olimpo musical, dado que siguió “Eres tú”. Y la directora dio entrada al público en el estribillo. Fueron momentos memorables para el público y el coro.
Y llegamos al final con “Te quiero”. Parecía que fuera una dedicatoria del coro al público asistente y éste, en pie, aplaudió calurosamente a coro y directora. Una ovación donde las haya.
El presidente de Cantoría dirigió unas palabras de agradecimiento a todos los presentes, hizo entrega de una placa conmemorativa al Cor de Campanar y los ramos de flores a ambas directoras. Una nueva y gran ovación resonó en la capilla bizantina; es la mejor manera de agradecer a las corales el trabajo realizado a lo largo del curso.
Este cronista-redactor quiere, otra vez, mencionar al público asistente y felicitarlo por el respeto demostrado con su silencio a la actuación de ambas corales. Diría que se comportó como si fuera el mejor público europeo.
Cuando la sala se vaciaba pude ver que el ángel volvía a su posición inicial me acerqué a Inmaculada Burriel y le comuniqué que “El reloj”… y que el concierto…
Y nada más. En todo caso, a la espera del próximo.
Juan J. Calvo Almeida.
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